El Ministerio Público informaba meses atrás que, de enero a abril de 2024 se contabilizaban ya un total de 6.266 casos de violencia contra niñas, niños y adolescentes, entre ellos, 1.014 casos de abuso sexual.
Cifras bastante preocupantes por su amplitud, a pesar de que se vienen llevando a cabo importantes campañas de concienciación sobre el cuidado de menores y la prevención de la violencia en torno a ellos.
Recientemente, Robert Núñez, conocido médico pediatra, hizo un posteo en redes sociales, en referencia a un hecho de violencia física que descubrió en un paciente suyo, por parte de su profesora de escuela.
“Al examinarlo con detenimiento, me di cuenta de que estos hematomas no eran producto de un juego brusco o una caída accidental. Se trataba de marcas claras de una presión ejercida por las manos de un adulto, específicamente por la profesora a cargo del grupo de educación parvularia”, comentó Núñez.
El mismo, tras indagar e investigar con ayuda de la madre del niño, supo que la docente lo sujetaba con fuerza y lo sacudía violentamente como castigo por no seguir la orden de mantenerse en silencio. A raíz de ello, además de emitir un diagnóstico y proporcionar las atenciones necesarias, ayudó a la madre a realizar la denuncia correspondiente ante las autoridades competentes.
Un llamado a padres y madres
El médico intensivista neonatólogo, aprovechó la penosa situación para hacer un llamado a los padres, explicando que muchas veces, los menores no se atreven a contar lo que sufren fuera de casa.
“Quiero hacer un llamado a todos los padres y madres: revisen a sus hijos con regularidad, no solo por su bienestar físico, sino también por su seguridad emocional. Los niños, especialmente los más pequeños, no siempre tienen la capacidad de expresar verbalmente lo que viven, pero sus cuerpos y actitudes pueden hablar por ellos”, declaró.
Señales de alerta en niños violentados
De la misma manera, citó algunas señales de alerta en niños violentados. “Si notan cualquier signo fuera de lo común, como marcas en el cuerpo, cambios en el comportamiento, o si simplemente algo no parece estar bien, no duden en indagar y preguntarles qué sucede”, aseguró.
Además, recomendó “evaluar físicamente si el menor tiene algo, evaluar también cambios en sus actitudes, si están irritables, si se dan cambios en sus hábitos normales, porque aparte de agresión física, existe también la agresión psicológica. Por ello, el dialogo tiene que estar siempre presente”.
“Evaluar físicamente si el menor tiene algo, evaluar también cambios en sus actitudes, si están irritables, si se dan cambios en sus hábitos normales, porque aparte de agresión física, existe también la agresión psicológica”
Igualmente, aseguró que la frecuencia de algunos moretones y escoriaciones siempre tienen que llamar la atención, y averiguar con el chico qué es lo que pasa.
“La educación infantil debe estar basada en el respeto, el cariño y el acompañamiento. Debemos recordar que la violencia, física o emocional, nunca es la respuesta, mucho menos en un entorno que se supone debe ser de formación y seguridad”, terminó agregando el profesional.