El procedimiento, realizado en el Hospital de Clínicas de la Universidad Nacional de Asunción (UNA), combinó técnicas antiguas con tecnología moderna y representa un antes y un después en el tratamiento del pie diabético en Paraguay.
Un cuadro crítico y sin muchas esperanzas
La paciente llegó al hospital en un estado delicado, luego de haber sido atendida sin éxito en un hospital público y una clínica privada. Su diagnóstico era complejo y el pronóstico, reservado: padecía un pie diabético gangrenado, con infección profunda y necrosis. A esto se sumaban otras condiciones de alto riesgo, como insuficiencia cardíaca congestiva, neumonía bilateral con derrame pleural, insuficiencia renal, hipertensión arterial rebelde y septicemia.
Ante este cuadro clínico, una intervención quirúrgica convencional para amputar el miembro se descartó rápidamente. Los médicos evaluaron que una cirugía bajo esas condiciones podría desencadenar una falla multiorgánica y derivar en la muerte de la paciente.
Así fue el tratamiento que usó larvas para limpiar la herida
En lugar de seguir el camino tradicional, el equipo médico optó por una estrategia poco común, pero respaldada por evidencia científica: la terapia larval. Este método consiste en aplicar larvas de la Lucilia sericata —conocida como “mosca verde” o “mberu hovy”— directamente sobre la herida, para que consuman el tejido necrosado.
Las larvas fueron recolectadas en los corrales de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UNA, mediante trampas especiales colocadas por los investigadores. Luego, fueron llevadas al laboratorio del Hospital de Clínicas, donde pasaron por un proceso de esterilización antes de su aplicación.
“Las larvas se alimentan exclusivamente del tejido muerto, sin dañar el tejido sano, lo que permite una limpieza precisa y segura de las heridas crónicas e infectadas”, explicó el doctor Jorge Flores, docente y cirujano a cargo del tratamiento. Esta técnica, conocida como desbridamiento biológico, no solo remueve el tejido dañado, sino que también favorece la regeneración celular y reduce el riesgo de nuevas infecciones.
Un parche biológico para acelerar la recuperación
Tras varias sesiones con las larvas, y una vez eliminada la mayor parte del tejido comprometido, los médicos colocaron un parche biológico tridimensional, elaborado a partir de tejidos del propio paciente. Este material funciona como una matriz que estimula el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos y tejido cutáneo, acelerando notablemente el proceso de cicatrización.
El resultado fue una recuperación progresiva del pie afectado, sin necesidad de amputación y con mínima intervención invasiva.
Un esfuerzo conjunto de múltiples especialidades
El procedimiento fue posible gracias al trabajo articulado de diversos profesionales de la Universidad Nacional de Asunción. Participaron las podólogas docentes Eusebia Benítez y Camila Oviedo, la doctora veterinaria Nilza Acosta, el doctor Henry Amarilla, la bioquímica Aurora Amarilla, los médicos Ariel Morales y Mario Franco, además del estudiante de Podología Hugo Arias.
Esta labor multidisciplinaria permitió aplicar el protocolo de forma segura, monitorear la evolución del tratamiento y evitar complicaciones.
La paciente fue dada de alta sin amputación
Luego de semanas de seguimiento y cuidados intensivos, las heridas cicatrizaron completamente y la paciente fue dada de alta médica. A pesar de su condición inicial, logró conservar su extremidad gracias al tratamiento alternativo que evitó la mutilación y redujo considerablemente los riesgos asociados a una cirugía mayor.
Actualmente, se encuentra bajo control riguroso con especialistas en endocrinología, medicina interna y podología del Hospital de Clínicas, quienes trabajarán para prevenir futuras complicaciones y mantener su salud general.
Un precedente para la medicina paraguaya
Este caso representa un hito en la medicina pública paraguaya y abre la puerta al uso de tratamientos menos invasivos, más accesibles y efectivos para pacientes con enfermedades crónicas como la diabetes. La terapia con larvas, que tiene antecedentes en civilizaciones antiguas y en conflictos bélicos como la Primera Guerra Mundial, se posiciona nuevamente como una opción válida y respaldada por la ciencia moderna.
“Lo que para muchos puede sonar extraño o desagradable, en realidad es una herramienta poderosa para salvar extremidades y evitar mutilaciones innecesarias”, resaltó el Dr. Jorge Flores. Con este tipo de intervenciones, Paraguay da un paso más hacia una atención médica centrada en la innovación, la evidencia científica y el respeto por la calidad de vida del paciente.