Esta normativa se implementó con el objetivo de reducir los residuos plásticos que generan serios impactos negativos tanto en el medioambiente como en la salud humana.
Controles más estrictos y sanciones elevadas
Guillermo Fernández, director de Defensa al Consumidor, señaló que los controles se han vuelto más rigurosos para garantizar el cumplimiento de esta medida. Aquellos que incumplan la normativa se enfrentarán a severas sanciones económicas que van desde G. 5.000.000 hasta G. 10.000.000.
“El Juzgado de Faltas es el encargado de aplicar estas multas, y nuestros controles son permanentes. Durante las inspecciones, notificamos a los comercios sobre la normativa y las posibles sanciones para evitar que se expongan a estas multas tan significativas”, explicó Fernández.
Sustitución gradual por materiales biodegradables
En el marco de la transición hacia prácticas más sostenibles, la ordenanza había otorgado un plazo inicial de 180 días para que los comerciantes pudieran agotar sus existencias de pajitas plásticas antes de cambiar a alternativas biodegradables. Estas opciones incluyen materiales como papel, que cumplen con la misma función.
Actualmente, el uso de pajitas de plástico está completamente prohibido en Asunción, y los comercios deben garantizar que cualquier sustituto sea biodegradable. Sin embargo, según Fernández, algunos locales están enfrentando nuevos problemas relacionados con la implementación de esta normativa:
“Ahora, el problema que estamos teniendo con algunos locales es que estamos recibiendo denuncias de que muchos están vendiendo las pajitas biodegradables, lo cual no está mal, pero lo que la gente está objetando es que no se les indica que tendrán un sobrecosto al final de su cena o festejo. Eso también lo estamos controlando ahora”, comentó.
El impacto ambiental y la salud en riesgo
Los plásticos representan un desafío ambiental de gran magnitud. No solo generan obstrucciones en los sistemas de desagüe de la ciudad, sino que también liberan microplásticos al degradarse. Estas diminutas partículas terminan infiltrándose en el agua y los alimentos que consumimos diariamente, y su acumulación en el organismo puede provocar graves consecuencias para la salud.
Diversos estudios han revelado que la exposición constante a microplásticos podría aumentar el riesgo de enfermedades graves, como el cáncer, además de otros problemas de salud. Este impacto silencioso y prácticamente invisible convierte a los plásticos en una amenaza que debe abordarse con urgencia.
Fondos para campañas de concienciación
El dinero recaudado por concepto de multas se destinará a campañas educativas que buscan sensibilizar a la población sobre los daños que los plásticos ocasionan tanto al medioambiente como a la salud humana. Estas iniciativas también fomentan la adopción de alternativas más sostenibles, demostrando que incluso pequeños cambios, como el uso de pajitas biodegradables, pueden marcar una gran diferencia.
“El problema es silencioso, pero está en todas partes: los plásticos no solo contaminan nuestro entorno, sino que también están presentes en nuestra comida y nuestra agua. Combatir esta problemática es responsabilidad de todos”, señalan profesionales de la salud.