Un preocupante caso de posible violencia infantil fue puesto en la lupa en las últimas horas, con relación a un conocido periodista que fuera denunciado por su propia esposa, por un aparente maltrato hacia ella y hacia la hija que tienen en común.
Sin embargo, ¿qué es lo que como sociedad podemos hacer para prevenir que un menor pase por esto y, ello genere en el mismo, un trauma que podría marcarlo de por vida? Una profesional nos guía en ese aspecto.
“Todos somos responsables de proteger a nuestros niños, por lo tanto, cualquiera que esté en conocimiento de que alguno este vulnerable, tiene la obligación de intervenir y denunciar”, explicó Melissa Sánchez, psicóloga infantil.
El impacto negativo de un entorno familiar violento, en un niño/a
• Ansiedad, miedo constante y problemas para gestionar emociones.
• Sentimientos de culpa o responsabilidad por la violencia.
• Dificultad para concentrarse, bajo rendimiento escolar.
• Somatización (dolores de cabeza, estómago, insomnio, etc.).
• Desarrollo de problemas de salud relacionados con el estrés crónico.
• Dificultad para confiar en otros.
• Tendencia a retraerse o a comportarse de manera agresiva.
“Es importante mencionar que cada niño es único y tiene su propio ritmo y proceso. Las secuelas depende de factores como la duración de la exposición, el apoyo recibido y las características personales del niño”, comentó además la profesional.
¿Cómo protegerlos?
Ayudar al niño a reconocer y expresar sus emociones y necesidades, creando además un espacio seguro para explorar lo que siente y piensa; validar sus sentimientos y experiencias sin juicios, son formas de ayudar al menor que esté pasando por una situación como la mencionada en esta nota.
“Con una intervención temprana, apoyo constante y un entorno seguro, el riesgo de traumas a largo plazo puede reducirse”
Si algún miembro de la familia puede ser un soporte positivo para el niño:
- Deberá fortalecer la relación de apego seguro y ofrecer consuelo.
- Establecer límites claros y consistentes en un ambiente de amor y respeto.
- Redirigir la dinámica familiar: identificar y cambiar patrones no sanos.
Ayuda de un profesional
En cuanto a la intervención de un profesional psicólogo, Sánchez explicó lo siguiente: “La intervención profesional en casos como éste se orientará en identificar riesgos inmediatos y garantizar la seguridad del niño”. Siempre se debe priorizará la protección del niño y la búsqueda de un entorno seguro
Este apoyo y acompañamiento psicológico regular, llevará al niño a poder procesar el impacto emocional y a trabajar en estrategias de afrontamiento.
¿Se pueden prevenir traumas?
“Con una intervención temprana, apoyo constante y un entorno seguro, el riesgo de traumas a largo plazo puede reducirse”. Será sumamente importante ayudar a reforzar la capacidad del niño para procesar la experiencia de manera saludable, integrarla y reconstruir una visión positiva de sí mismo y del entorno.
“Si se detecta que la violencia parental está dañando al niño de forma grave, puede ser necesario considerar la separación como una medida protectora. Sin embargo, la decisión no se tomaría únicamente desde una perspectiva terapéutica, sino en coordinación con los profesionales sociales, legales y expertos en el bienestar infantil”.
Ayudar a los padres siempre será viable, de manera a guiarlos para que tomen conciencia de sus conductas, explorar sus propios patrones emocionales y buscar soluciones no violentas.