13 abr. 2025

Mensajes sexuales a niñas: su tremendo impacto en ellas y qué hacer como padres para evitarlo

Una profesional en psicología infantil, mencionó como “preocupante” el actuar de un tribunal que absolvió a un profesor que envió más de 600 mensajes con tinte sexual a una alumna de solo 11 años. La misma, explicó además todo el impacto negativo que puede generar dicha situación en la vida de una menor.

Captura de pantalla 2025-04-09 112927.png

Un profesor de escuela, de 53 años de edad, envió más de 600 mensajes de texto con tinte sexual a una alumna de solo 11 años, caso que fue denunciado, pero un tribunal inéditamente absolvió al docente, lo que generó indignación en la sociedad.

Mensajes como: “sos súper sexy”, “te amo mi princesa”, “mi niña me vuelve loco” y “quiero sentir tu cuerpo”, son solo algunos de los cientos que se encontraron en una aplicación de mensajería del teléfono celular de la menor.

Falta de conciencia
Melissa Sánchez, psicóloga infantil, se refirió primeramente a la manera en que la justicia resolvió una situación tan delicada. “Esta situación pone en evidencia una profunda falta de conciencia respecto a los efectos emocionales y vinculares de este tipo de mensajes en una persona en pleno desarrollo”, empezó diciendo.

5f494ee5773ce_1024_440!.jpg

“Son mensajes que contienen carga erótica, afectiva y seductora, expresan deseo físico, idealización afectiva y manipulación emocional. Esto es inapropiado e invasivo en una relación entre un adulto y una menor”, agregó la profesional, asombrada con la resolución del tribunal.

“La decisión judicial resulta preocupante. Desde la psicología, es fundamental reconocer que el daño no requiere necesariamente contacto físico para existir. Además, se ignora el impacto psicológico que estas situaciones pueden tener en la víctima y el rol asimétrico de poder que existe entre un adulto y una niña. Lo ideal sería tener en cuenta no solo lo legal, sino también lo ético, lo emocional y lo humano”, prosiguió.

Para nada “afectuosas”
La misma, continúo explicando que dichas expresiones dirigidas a una niña de 11 años, de ninguna manera pueden ser interpretadas como “afectuosas”, sino como un intento de seducción y una invasión del espacio emocional y corporal del menor.

Es importante recalcar que el abuso no siempre es físico: también puede ser simbólico, verbal o emocional, y sus efectos son igual de profundos.

“Esto se puede entender como una interrupción del proceso sano de desarrollo, que deja marcas internas que afectan la espontaneidad, la seguridad y el contacto con uno mismo y con los otros”
Melissa Sánchez, psicóloga infantil

¿De qué manera pueden impactar estos mensajes en la mente de una menor?
“Una niña de 11 años aún está desarrollando su identidad, su autoimagen y su comprensión del mundo emocional. Recibir este tipo de mensajes puede:”
- Confundirla emocionalmente,
- Generar culpa o vergüenza, incluso sin saber por qué.
- Alterar su autoestima,
- Distorsionar su relación con los adultos, afectando su confianza.

“Esto se puede entender como una interrupción del proceso sano de desarrollo, que deja marcas internas que afectan la espontaneidad, la seguridad y el contacto con uno mismo y con los otros”.

Este tipo de experiencias puede instalar creencias distorsionadas como:
-“Mi valor está en gustar o atraer a otros”.
-“Debo aceptar ciertas cosas para recibir cariño”.
-“No puedo confiar en los adultos”.

La psicóloga continuó mencionando que esto puede influir negativamente en cuanto a las relaciones futuras de la niña, su vida y su capacidad para poner límites. “También puede derivar en síntomas como ansiedad, retraimiento, conductas de riesgo o dificultades vinculares.

Recomendaciones para los padres
- Hablar abiertamente del cuerpo, el consentimiento y los límites desde edades tempranas, hablar con lenguaje claro y sin tabúes ni verguenzas

- Fomentar la confianza emocional para que sus hijos puedan contarles lo que sienten, lo que les incomoda o les genera dudas, sin juzgarlos o invalidarlos

- Supervisar el uso de redes sociales, chats y tecnología

- Educar emocionalmente: A través del diálogo y el ejemplo, enseñar a identificar lo que sienten, reconocer situaciones que les generan malestar, y ponerles nombre, esto ayuda a la gestión de emociones.

- Observar cambios de comportamiento: Estar atentos a señales o cambios como retraimiento, insomnio, ansiedad, cambios en la alimentación, cambios en el rendimiento escolar, etc.

- Validar lo que los niños dicen: Si un hijo o hija se expresa respecto a un adulto, es importante creerle, escucharlo sin interrumpir y actuar con responsabilidad. Es importante escuchar, validar y no juzgar.

- Dar el ejemplo en los vínculos: Los niños aprenden de lo que ven, mostrar relaciones afectivas saludables, con respeto mutuo, límites claros y respeto mutuo, es una forma poderosa de educar.