González explicó que lavar carnes, como pollo o cerdo, no elimina las bacterias presentes en los alimentos y, por el contrario, puede propagar microorganismos peligrosos como Salmonella sp., Campylobacter sp. y Staphylococcus aureus a superficies, utensilios y otros alimentos en la cocina.
El riesgo de lavar carnes crudas
La acción de lavar las carnes genera salpicaduras microscópicas de agua que pueden contaminar el entorno. “Esto lleva a casos de intoxicación alimentaria, donde las personas suelen decir: ‘Parece que comí algo en mal estado’, sin saber que el problema comenzó en su propia cocina”, señaló González.
Además, algunas bacterias no se eliminan completamente durante la cocción si el alimento no alcanza la temperatura adecuada. Para cocinar de forma segura, la experta recomienda asegurarse de que las carnes alcancen entre 74 °C y 82 °C en su interior, dependiendo del tipo de proteína.
El método ideal para descongelar
Para evitar riesgos, González sugiere no descongelar carnes a temperatura ambiente ni mucho menos lavarlas. “Lo ideal es pasarlas del congelador a la heladera unas horas antes o el día anterior, colocándolas en un bol para evitar el goteo de líquidos. Esto permite un descongelado lento y seguro, sin dar espacio a una proliferación bacteriana importante”.
Por qué no lavar es más higiénico
Aunque muchas personas asocian lavar las carnes con limpieza, esta práctica en realidad no elimina las bacterias y puede ser contraproducente. En lugar de lavar, la tecnóloga enfatiza en la importancia de una cocción adecuada y el uso de utensilios limpios para manipular los alimentos.
“En temas de seguridad alimentaria, menos puede ser más. Es mejor evitar prácticas que, aunque parezcan higiénicas, realmente comprometen la salud de nuestra familia”, concluyó.
Mantener la higiene en la cocina y seguir métodos seguros de manipulación y cocción de alimentos son claves para prevenir intoxicaciones alimentarias y garantizar comidas seguras.