22 abr. 2025

“Estando convaleciente salió a estar con la gente”: La salud del Papa en sus últimos días

El Papa Francisco atravesó por etapas muy duras antes de su muerte, por complicaciones en su salud. Estuvo casi dos meses internado a causa de una neumonía que luego se fue agravando hasta volverse crítica, pero aun así, intentó cumplir con parte de sus labores papales.

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Es bien sabido que el Papa Francisco, vivió con múltiples comorbilidades que sin duda alguna, impactaron en su calidad de vida durante sus últimos meses, y ni qué decir, los últimos días. Robert Núñez, profesional médico, en contacto con este medio analizó el estado de salud del Pontífice en sus últimos días de vida.

Le extirparon parte del pulmón
“Desde joven, haber perdido parte de un pulmón por una neumonía grave condicionó su capacidad respiratoria de base. Esto probablemente lo hizo más vulnerable a infecciones respiratorias futuras y pudo haber limitado su tolerancia al esfuerzo físico, empezó mencionando el médico.

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Hipertensión y diabetes
En los últimos años, el estado de salud del Papa que demostrara un enorme cariño hacia Paraguay, también se vio comprometido por condiciones crónicas como hipertensión arterial y diabetes tipo 2. Ambas enfermedades que afectan múltiples órganos y sistemas. “La diabetes, por ejemplo, puede reducir la capacidad de defensa del organismo frente a infecciones, y junto con la hipertensión, aumenta el riesgo cardiovascular”, refirió Núñez.

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Seguidamente, habló de los embates que sufrió el cuerpo de Bergoglio, y que terminaron acabando con su paso en el ámbito terrenal.

“Los episodios recientes de insuficiencia respiratoria, neumonía bilateral, uso de oxígeno suplementario y rehabilitación por dificultades del habla y movilidad, indican una fragilidad importante en su estado físico. Todo esto tiene un fuerte impacto no solo a nivel físico, sino también emocional y psicológico, ya que limita la autonomía, además de generar sensación de vulnerabilidad y afectar la salud mental”, continuó.

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Fortaleza admirable
“Finalmente, el desenlace por un derrame cerebral e insuficiencia cardíaca refleja la carga progresiva de las enfermedades previas sobre su sistema cardiovascular”, aseguró.

Para el doctor Núñez, por todo lo que se encontraba sufriendo el Papa y aun así, por encima de ello decidió realizar ciertas labores y alejarse de la cama, habla de una fortaleza personal que es de valorar.

“Creo personalmente que habiendo estado casi 60 días en terapia intensiva, con todo lo que implica la parte de su salud física y psicológica, la fortaleza del Papa fue impresionante. Hizo un sobreesfuerzo para estar presente en estas Pascuas y probablemente ese sobreesfuerzo, con un estado de salud vulnerable, haya calado en el desenlace que hoy todos conocemos”, expresó.

“Hizo un sobreesfuerzo para estar presente en estas Pascuas y probablemente ese sobreesfuerzo, con un estado de salud vulnerable, haya calado en el desenlace que hoy todos conocemos”
Robert Núñez, médico neonatólogo-pediatra

Para el profesional, la fe y compromiso de Francisco con las personas, “fue tan grande que dejó atrás sus dolencias, sus malestares y estando convaleciente salió a estar presente con la gente y con el mundo en Semana Santa”.

“Con toda su edad y todos los achaques y enfermedades que tenía, mostró una lucidez increíble para lanzarnos cada mensaje de hermandad y humanidad. Se fue físicamente una gran persona, pero que deja un legado enorme”, finalizó.