Según un estudio del investigador Alejandro Max Pastén Castillo, del Centro Multidisciplinario de Investigaciones Tecnológicas de la Universidad Nacional de Asunción (CEMIT-UNA), los niveles del río Paraguay alcanzaron mínimos históricos. Este récord de bajante agrava problemas en múltiples áreas, tales como la provisión de agua potable, la pesca, el turismo, la salud pública y la sostenibilidad ambiental, además de impactar severamente en la economía.
El descenso de las aguas es un tema que ha generado inquietud constante en Paraguay, con un punto crítico que se inició en 2021. Actualmente, las condiciones climáticas sugieren que esta situación podría empeorar aún más. El análisis de Pastén Castillo destaca la complejidad de los factores climáticos, hidrológicos y de navegabilidad que afectan al río y sus afluentes. La variabilidad climática y el cambio climático tienen un papel central en las fluctuaciones de los niveles de agua, lo que ha causado importantes desafíos para la navegación y el transporte fluvial.
Durante las sequías prolongadas, el nivel del río se reduce al punto de que las embarcaciones de gran calado no pueden operar con normalidad, encareciendo los costos logísticos y limitando el comercio fluvial.
La influencia de La Niña
Un factor adicional que agravará esta situación es la llegada del fenómeno de La Niña, que, según los expertos, traerá consigo una disminución en las lluvias debido a la baja de las temperaturas en el océano Pacífico. Esto afectará aún más la disponibilidad de agua, prolongando la bajante del río Paraguay. La sequía y la alteración en los patrones de precipitación generados por La Niña no solo incrementarán la crisis de navegabilidad, sino que también influirán en la economía y en las actividades comerciales de toda la región.
Este escenario exige respuestas urgentes por parte de las autoridades, ya que la continuidad de la bajante tendrá repercusiones críticas en el país si no se adoptan medidas de mitigación efectivas.