16 mar. 2025

La automedicación para dormir: una práctica peligrosa que va en aumento

En el marco del Día Mundial del Sueño, especialistas advierten sobre los riesgos asociados al consumo descontrolado de medicamentos para conciliar el sueño, como hipnóticos y sedantes.

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Aunque estos fármacos pueden ser útiles en algunos casos, su uso excesivo y sin supervisión médica puede generar efectos adversos graves, incluyendo dependencia, síndrome de abstinencia y problemas de salud mental.

El insomnio y la búsqueda de soluciones rápidas

La dificultad para dormir es una de las principales razones por las que muchas personas recurren a medicamentos para inducir el sueño. El insomnio, tanto agudo como crónico, afecta la calidad de vida al generar cansancio, irritabilidad y dificultades de concentración. A esto se suman factores como el estrés, la ansiedad y problemas emocionales, que pueden agravar la situación y llevar a la automedicación como una solución rápida pero riesgosa.

La psiquiatra Laura Rodas señala que la falta de descanso no siempre está ligada a un insomnio crónico, sino que muchas veces es consecuencia de hábitos inadecuados y altos niveles de estrés. “El insomnio no solo implica dificultad para conciliar o mantener el sueño, sino que también impacta el rendimiento diario, la salud mental y la calidad de vida. En su forma crónica, que persiste por más de tres meses, aumenta el riesgo de desarrollar trastornos como ansiedad, depresión y enfermedades cardiovasculares o metabólicas”, explica.

Uso descontrolado de fármacos: cifras preocupantes

Un estudio reciente reveló que el 92 % de los pacientes con insomnio crónico consumían medicamentos para dormir de manera inadecuada. Además, el 47 % usaba fármacos no indicados para su condición, mientras que el 43 % los tomaba por períodos más largos de lo recomendado, elevando el riesgo de dependencia y efectos adversos.

Entre los medicamentos más utilizados de forma inadecuada se encuentran las benzodiacepinas (como clonazepam y alprazolam), el zolpidem, los neuromoduladores (pregabalina y carbamazepina) y los antipsicóticos (quetiapina y olanzapina).

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La profesional advierte que la automedicación es un problema creciente. “Lo preocupante es que muchos de estos fármacos fueron recetados por médicos sin explorar alternativas más seguras y efectivas, como la terapia cognitivo-conductual, que ha demostrado ser una opción eficaz para tratar el insomnio sin los riesgos asociados a los medicamentos”, señala.

El peligro de la dependencia y la automedicación

El abuso de fármacos para dormir no solo puede generar dependencia, sino que también aumenta el riesgo de desarrollar síndrome de abstinencia, lo que hace que las personas se vuelvan incapaces de dormir sin medicación. Por ello, los especialistas recomiendan acudir a un médico para recibir un diagnóstico preciso y explorar tratamientos alternativos antes de recurrir a los fármacos.

Un sueño reparador es clave para la salud: mejora la memoria, la atención y la estabilidad emocional, además de fortalecer el sistema inmunológico y regular el metabolismo. En este Día Mundial del Sueño, los expertos enfatizan la importancia de priorizar hábitos saludables y buscar ayuda profesional en lugar de recurrir al uso indiscriminado de medicamentos.