12 abr. 2025

Guerra comercial global: ¿por qué Paraguay no está entre los más afectados?

La tensión económica internacional volvió a escalar luego de que el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, endureciera su política de aranceles como parte de su estrategia para potenciar la industria norteamericana.

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La medida, que representa una clara señal de regreso al proteccionismo, tuvo efectos inmediatos en los mercados financieros del mundo, que desde el domingo comenzaron a registrar caídas ante la incertidumbre.

En medio del revuelo global, Paraguay parece mantenerse al margen del impacto directo. “América Latina se salvó. Tenemos una balanza comercial bastante equilibrada, como el 10% que le tocó a todo el Mercosur”, explicó Julieta Heduvan, experta en relaciones internacionales. Para Paraguay, esta situación —al menos en el corto plazo— representa una oportunidad para observar desde afuera una disputa entre gigantes que amenaza con alterar el orden comercial establecido durante décadas.

Una estrategia disruptiva

El endurecimiento arancelario promovido por Trump no es una novedad, pero sí marca un retorno a una política exterior más confrontativa y transaccional. El exmandatario apuesta por debilitar los sistemas multilaterales de comercio que promueven acuerdos colectivos, para negociar directamente entre Estados y maximizar las ventajas económicas para su país.

“Lo que hace Trump es desafiar al sistema multilateral de comercio, pasa por alto los mecanismos que ayudaban a tener un comercio equilibrado. Él dice: ‘esto ya no’, y busca imponer su propia lógica de negociación bilateral, donde puede presionar con mayor fuerza”, analizó Heduvan.

El principal blanco de esta política vuelve a ser China, pero también se extiende hacia la Unión Europea, Vietnam y otras economías con las que Estados Unidos mantiene un déficit comercial significativo. En ese contexto, los países de América Latina, y en particular Paraguay, no figuran en la lista de prioridades ni como amenaza ni como aliados clave.

Paraguay, fuera del radar… por ahora

La economía paraguaya no representa una amenaza para los intereses comerciales de Estados Unidos. El volumen de comercio bilateral es bajo en comparación con otros países, y la balanza comercial es relativamente equilibrada. Según datos del Banco Central del Paraguay, las exportaciones al mercado estadounidense representaron menos del 5% del total en los últimos años, mientras que las importaciones rondan cifras similares. Esto explica por qué el país ha escapado —hasta el momento— de las represalias comerciales.

“Podemos decir que América Latina se salvó, pero no tiene que ver con que seamos aliados estratégicos, sino con el tipo de relación comercial que tenemos con Estados Unidos. Esta fórmula arancelaria nos beneficia porque no tenemos un déficit significativo con ellos”, sostuvo Heduvan.

Además, Paraguay mantiene una diversificación moderada de sus destinos comerciales, siendo Brasil, Argentina y Europa sus principales socios, lo que también lo aísla parcialmente de los efectos inmediatos de un conflicto arancelario con EE.UU.

Efectos indirectos que podrían sentirse

Sin embargo, los expertos coinciden en que la aparente “inmunidad” de Paraguay podría ser temporal. Una guerra comercial prolongada o de gran escala puede afectar a todos los países por igual, aunque no estén involucrados directamente. La ralentización del comercio global, la volatilidad de los mercados financieros y la caída en los precios de materias primas son algunas de las consecuencias que podrían impactar indirectamente sobre la economía paraguaya.

“Este tipo de movimientos geopolíticos no respetan fronteras. Hoy no estamos en la línea de fuego, pero si el conflicto se extiende y escala, sus efectos podrían golpear la inversión, el comercio regional e incluso la estabilidad monetaria de países como el nuestro”, advirtió Heduvan.

También se abre un interrogante sobre el futuro del multilateralismo comercial. Si Estados Unidos logra imponer esta lógica bilateral en sus relaciones exteriores, otros países podrían replicar la estrategia, debilitando aún más instituciones como la Organización Mundial del Comercio (OMC), que busca garantizar reglas claras y justas para todos.

Un escenario incierto

A la espera de cómo evolucionen las medidas de Trump —y si será reelecto en las próximas elecciones presidenciales—, Paraguay sigue observando desde la barrera. Pero el escenario internacional actual exige una actitud vigilante por parte de las autoridades económicas y comerciales del país.

La estabilidad de mercados emergentes, la demanda global de productos agrícolas y el flujo de inversiones extranjeras son elementos clave que podrían verse alterados si esta guerra comercial escala y cambia las reglas del juego global.

Por ahora, Paraguay se mantiene fuera del epicentro. Pero en un mundo interconectado, ningún país está realmente a salvo del efecto dominó que puede provocar una guerra entre potencias