Actualmente, estamos en una fase neutra del ENOS, lo que significa que no se experimentan las características extremas de El Niño o La Niña, pero esto podría cambiar en los próximos meses.
¿Qué es el fenómeno La Niña?
La Niña es una de las fases del ENOS, caracterizada por el enfriamiento anómalo de las aguas superficiales en el Pacífico ecuatorial, especialmente en las costas de Perú y Ecuador. Este enfriamiento influye en los patrones climáticos globales, provocando alteraciones significativas en el clima de diferentes regiones del mundo.
Impacto de La Niña en la región
El meteorólogo Eduardo Mingo advierte que, si el pronóstico se confirma y La Niña se instala en los próximos meses, las consecuencias para la región podrían ser notables. En general, este fenómeno tiende a reducir las precipitaciones, generando un déficit de lluvias. Esto es particularmente preocupante si coincide con la primavera o el verano, ya que podría agravar las condiciones de sequía en una época en que normalmente se esperaría una mayor cantidad de lluvias.
Además, Mingo explica que La Niña también influye en las temperaturas. “Si se presenta durante el invierno, se espera un aumento en los episodios de frío extremo, mientras que en verano podría intensificar las olas de calor”, señala. Estos cambios pueden tener impactos significativos en la agricultura, la gestión de recursos hídricos y la salud pública, entre otros sectores.
Monitoreo y preparación
Los meteorólogos y especialistas en clima continuarán vigilando de cerca la evolución del ENOS, especialmente en las costas del Pacífico Tropical, donde se registran los primeros indicios de estos cambios. La preparación y adaptación a estos posibles escenarios será clave para mitigar los efectos adversos que La Niña podría traer consigo.