Se trata de una tradición ligada al nacimiento del Niño Jesús, puesto que en la Biblia se menciona a unos sabios o magos del Oriente que, guiados por una estrella, llegaron a Belén para adorar al recién nacido Jesús. Estos magos, son identificados como Melchor, Gaspar y Baltasar.
Cada regalo de los tres sabios magos, llevaban fuertes mensajes: como el oro, que era símbolo de realeza; el incienso, representaba la divinidad; y la mirra, era presagio del sufrimiento y la muerte de Jesús.
Lo que se conoce de cada Rey
Según una investigación realizada por un cineasta francés de nombre Joel Soler, toda su vida interesado en la historia de los reyes de oriente y quien lleva precisamente por todo el mundo una exposición de más de 200 piezas sobre los Reyes Magos y la vida de los mismos, estos hombres de gran sabiduría vivieron en Etiopía, India e Irán.
Baltasar. En Etiopía se descubrió la que se dice, es la tumba del Rey Baltasar, que gobernaba el poderoso reino de Axum, considerado una de las cuatro grandes potencias de la antigüedad, junto con Persia, Roma y China.
Gaspar. Al Rey Gaspar se lo sitúa en la India. Gaspar, que viene del hebreo Gizbar, significa “el que trae regalos”, es un nombre que le puso “Santo Tomás cuando lo bautizó".
Melchor. Fue un mago adorador del fuego y su nombre viene del arameo Melek, así como del hebreo Melech, que significa “Rey”. Hay que situarlo en la antigua Persia, en Atropateno, situada hoy en día en el Azerbaiyán iraní.
La creencia en torno a los magos de Oriente representa la universalidad del mensaje cristiano, ya que procedían de diferentes culturas y regiones del mundo antiguo. Además, según una leyenda medieval, los Reyes Magos fueron bautizados por el apóstol Tomás en Oriente y, tras una vida dedicada a difundir el mensaje cristiano, murieron en paz.
No obstante, el alma y el espíritu de Melchor, Gaspar y Baltasar continúa recorriendo el mundo entero después de más de 2.000 años, regalando, no solo obsequios, sino también alegría, fe y esperanza a los niños de todo el mundo, quienes disfrutan de la experiencia de dejar pasto y agua para los camellos, e ir a la cama cargados de ilusión.