07 sept. 2024

Duelo infantil: ¿Cómo trabajar en un niño la pérdida de uno de sus padres?

Al igual que nosotros los adultos, los más pequeños también pasan por un proceso de duelo tras la partida de su mamá o de su papá. Sienten aflicción, tristeza y dolor, por lo que es muy importante saber cómo ofrecerles la contención necesaria.

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María Rebecca Jara, de 36 años, falleció días atrás en el Hospital Ingavi tras una serie de cirugías por piedra en la vesícula. La mujer dejó 5 huérfanos, todos menores de edad (de 6, 9, 12 y dos de 16 años), al cuidado de su valiente padre.

Es imposible imaginar lo difícil que será el proceso de duelo dentro de la familia. Por ello, este medio contactó con una profesional para que nos hablara sobre cómo abordar el duelo infantil, por tratarse de una situación muy delicado.

‘Todas las personas atravesamos diferentes duelos a lo largo de nuestra vida, como cuando perdemos un trabajo, una amistad, una ruptura; es decir, a lo largo de nuestra vida atravesaremos diversos duelos por perder algo. En este caso, el duelo de los niños por un familiar es un proceso adaptativo, se busca que pueda continuar con su vida pese a la ausencia. El objetivo no es que no duela.’', empezó comentando la Lic. Nicole Auteri, Psicóloga infantojuvenil.

Comunicación clara
La misma, mencionó que el primer punto es una comunicación clara. “Se recomienda siempre una comunicación abierta, explicando la muerte con honestidad, con términos claros y adecuados para la edad de cada uno, y responder también a todas sus preguntas”.

“Se tiene que estar siempre preparados para dar esa contención a los niños por parte de un adulto de confianza para ellos, un familiar, para que les ayude a reducir el impacto que puede llegar a generar la noticia”, agregó.

Ayuda de un profesional
Una vez que en el seno de la familia se ha puesto al tanto de todo al niño, será importante observar su comportamiento y de ser necesario, buscar la ayuda de un profesional.

“Cuando los familiares empiezan a notar que este proceso de duelo ya afecta en la vida cotidiana del niño, como bajar su rendimiento escolar, tener problemas para dormir, no comer, presentar mucha ira o miedo, es ahí cuando se requiere de ayuda profesional”, comentó Auteri.

“El psicólogo, primeramente lo que hace es trabajar con la relación de confianza del chico, para que se sienta seguro y quiera hablar sobre lo que siente. Se le hace una evaluación inicial sobre cómo está manejando la pérdida y hablar con otros miembros de la familiar. Se lo educa sobre el duelo, se le explica sobre la variedad de emociones que puede llegar a sentir, y se identifica esos pensamientos negativos hacia el duelo”, agregó.

Sentimiento de culpa
El sentimiento de culpa es uno de los rasgos más preocupantes durante el proceso del duelo infantil. El niño puede llegar a hacerse con la idea de que la muerte de su padre o madre, fue su culpa.

“Es importante identificar ese tipo de pensamientos en una evaluación y proceder a una restructuración cognitiva, haciéndole entender que no es su culpa y que se trata algo que está fuera de su control”, explicó la profesional.

Parámetro de edad
2 años para abajo
Se le tiene que explicar muy bien y con mucho cariño sobre lo que ha pasado. Seguir manteniendo las rutinas, como seguir comiendo en familia, que sigan habiendo los espacios de interacción y seguir explicándoles con cariño todo lo que ha pasado.

2 a 6 años
En esta etapa van a preguntar de forma repetitiva sobre lo que ha pasado, cosa que es normal, porque ellos todavía ven la muerte como algo temporal y reversible, como que la persona va a volver en cualquier momento. Entonces, la explicación repetitiva y con mucha paciencia, con ejemplos concretos, será muy necesaria.

6 a 12 años
Se les tiene que brindar más seguridad y permitirles la expresión de emociones, porque acá ellos ya entienden la muerte como algo final, del cual ya no se puede volver. Van a experimentar mucho miedo en relación a su propia muerte, y a la muerte de otro ser querido. Tendremos que entender que ellos también están procesando el duelo, que es doloroso pero natural, y que vayan aprendiendo a lidiar con ello.

12 años para arriba
En esta etapa ya comprenden el duelo y la muerte al igual que los adultos. Pueden llegar a demostrar un comportamiento más maduro, lo importante será validar sus emociones, darles ese espacio para hablar sobre lo que sienten y no tengan que reprimir mucho.

El olvido, no
Todo este proceso psicoterapéutico en el pequeño podría durar entre tres a seis meses, mientras que el luto en sí, normalmente se puede extender al año, o incluso más, según la persona. Además, no se recomienda buscar el olvido por parte de la criatura.

“Es como un mito el que dice que los niños supuestamente son muy pequeños para entender lo que está pasando. La verdad es que ellos entienden, y mucho más aún cuando intentamos ocultarles. No van a olvidar a la persona fallecida, siempre estará el recuerdo en ellos. Lo importante es que, con el acompañamiento de toda la familia, siempre le hagan recordar sobre la persona que ya no está, recordarles de cuánto lo quería, para seguir dando todo de sí en su vida”, finalizó.

El objetivo de todo esto no es evitar el dolor, sino aprender a lidiar con él; aprender a adaptarse a esas emociones sin que ellas interfieran en la vida cotidiana.