07 sept. 2024

Difícil, pero valioso empate

La selección nacional sorteó con gran personalidad la primera y vital prueba en el debut en el campeonato del mundo. Queda tal vez un pequeño sabor amargo por no haber podido mantener la diferencia conseguida por Antolín Alcaraz, con su soberbio cabezazo en el primer tiempo.

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Pero, considerando la envergadura del rival, su historia y que era el inicio de una difícil tarea buscando pasar la primera fase, el resultado es excelente y tendrá su valor específico en el recuento final, cuando hagamos la sumatoria, dado que ahora nos esperan rivales más accesibles en los papeles previos.

Italia salió a atacar con fuerza y presionó con firmeza sobre la salida albirroja. Paraguay supo aguantar con gran personalidad esos embates iniciales, con el liderazgo de Alcaraz en el fondo, con un sobrio trabajo de contención en el medio de parte del “Topo” Cáceres y con mucho espíritu de lucha de parte de Haedo Valdez quien se constituyó en el primer anillo de marca en la salida azzurra.

Torres con un remate mordido anticipaba lo que terminaría siendo en el gol paraguayo, que se produjo tras un tiro libre del mismo Aureliano, que transforma con soberbio golpe de cabeza el segundo central guaraní. Italia quedaba muda y flotaba la pregunta de si seríamos capaces de aguantar la furia italiana en el segundo tiempo.

En la segunda mitad, como se esperaba, Italia salió a buscar la paridad. Llegaría tras un sonoro error de Villar, que no llegó a una pelota aérea que transformó De Rossi en el empate final.

Quedan con deuda de recuperación figuras importantes como Morel, Riveros y Lucas Barrios, quienes jugaron muy desteñidos, recuperación que tendrá que materializarse con mejores actuaciones ante Eslovaquia y Nueva Zelanda. Por ahora, queda una satisfacción interior de haber rebasado el debut y no haber perdido ante el último campeón del mundo, Italia.

Por Darío Abelardo Cárdenas